domingo, 6 de diciembre de 2015

El antropocentrismo, una opción complementaria


Imagen tomada de Glosario más verde, s.f.

El antropocentrismo es una corriente filosófica que sitúa al ser humano como centro de todas las cosas.

En cuanto a filosofías ambientales este está dividido en dos:

Antropocentrismo fuerte

Según esta tendencia, el ser humano tiene mayor valor sobre el resto de las especies en la naturaleza. Por esta razón puede aprovechar de los recursos naturales para su beneficio, ya que mediante la ciencia y tecnología (creaciones humanas) se pueden resolver los problemas ambientales.


En el siguiente corto animado de Steve Cutts se refleja cómo esta teoría puede ser injusta y egoísta.

Antropocentrismo moderado

En esta división se reconoce que el ser humano es el único animal racional y por ende tiene una importancia relevante en la naturaleza. Sin embargo, se otorga a las personas una ética de responsabilidad porque fueron ellas quienes causaron contaminación ambiental. Por lo tanto, el ser humano es el encargado y único responsable de remediar ese impacto y del cuidado para un futuro.

Si bien es cierto, el individuo puede utilizar los recursos naturales para su bienestar pero debe comprender  que depende de ellos, por lo que su uso debe ser adecuado. La relación con otras especies debe ser apropiada y sin abusar de ellas.  Las personas se convierten en gestoras ambientales.

Fotografía tomada de Isan / Ecología Verde, 2014

Como te pudiste dar cuenta, el antropocentrismo puede implicar aspectos negativos por una parte; sin embargo, la división que se realiza es justamente para separar con lo positivo que puede ayudar a la remediación ambiental. En este caso, el antropocentrismo moderado reconoce la responsabilidad, que como sociedad pensante, tenemos de cuidar la naturaleza y rectificar las acciones que la perjudican. 

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